Hace mucho frio en Cirencester pero los corazones se van llenando de bonitos recuerdos. En este pueblo del suroeste de Inglaterra, diecinueve de nuestros alumnos están compartiendo una semana de aprendizaje. Alojándose con familias del lugar, asistiendo a clase cada día y realizando otras actividades, no sólo practicamos inglés sino que además tenemos la oportunidad de entender y respetar otra cultura.
El primer día llegamos exhaustos pero la calidez de la acogida hizo que los nervios y el cansancio pasaran a un segundo plano.
En la escuela las clases son dinámicas y divertidas, reforzando sobre todo la parte comunicativa. Ayer tuvimos la ocasión de probar el típico fish and chips y hoy hemos realizado un Master Chef algo diferente y muy creativo.
Después del Orientation tour, ya nos manejamos bastante bien en la ciudad y podemos movernos para hacer algunas compras.
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