Da igual la espera, da igual las horas de vuelo o la carretera hasta Bray en hora punta: Irlanda siempre sorprende. Pensábamos que haría frío y nos recibió con el cielo pintado de azul, salpicado de nubes con bonitas formas.
En la escuela, tras las primeras instrucciones, marchan con las familias que los hospedarán hasta el domingo.
Bray luce hermoso, con su paseo cerca del mar. Habrá mucho que ver y disfrutar en estos días. Y, seguro, muchas anécdotas que contar.

¿Nos acompañan?